Las propuestas del nuevo reglamento se enfrentan al rechazo de los pescadores y ponen en duda la celebración de torneos

Las limitaciones específicas en materia de cebos que se proponen para la provincia de León y que deberán ser recogidas en la normativa para el año 2012 supondrían que la provincia de León, la que cuenta con más kilómetros de ríos trucheros no podría ser escenario de las competiciones oficiales tanto a nivel provincial como nacional o internacional. La disposición que se propone para la provincia de León, que no para el resto de la Comunidad dice: «En la modalidad de pesca con cola de rata o sedal pesado, el aparejo estará constituido única y exclusivamente por un señuelo dispuesto al final de la línea. En la modalidad de pesca ‘a la leonesa’, el equipo de pesca será el clásico de lance, y el aparejo estará constituido por una línea a la que irá atada la boya de flotación. Entre la boya y el puntal de la caña podrá disponerse un máximo de cuatro señuelos y a continuación de la boya podrá colocarse un solo señuelo, el cual será el único que podrá ir lastrado. En el caso de que el señuelo colocado después de la boya estuviera lastrado, éste y todos los señuelos unidos al aparejo deberán ir desprovistos de arponcillo».

El enfrentamiento que el Jefe de Vida Silvestre Javier Sancho mantiene con los pescadores de competición supuso que en la última edición de la Semana Internacional de la Trucha se produjese un auténtico ‘boicot’. Pero no son únicamente estos aficionados los que mantienen discrepancias. La prohibición de las prácticas de pesca tradicionales como el cebo natural unidas al abandono de la vigilancia y cuidado de los ríos están suponiendo que la provincia haya caído en picado en prestigio y poblaciones trucheras.

Tomás Gil: «Esta normativa sólo busca la ruina de León»

«Con la nueva ley de pesca parece que buscan la ruina de León». Así se expresaba ayer Tomás Gil, coordinador de Turismo Rural, guías de pesca y el Proyecto Ninfa así como presidente de la asociación de criadores del gallo de León. El borrador de esta ley que desde su conocimiento ha desatado una notoria controversia, supone un problema más que una solución a las deficiencias. «Es incomprensible que en el Consejo de Pesca no estén representados los pescadores y así surgen este tipo de normas que lo único que hacen es perjudicar un arte que supone económicamente mucho para esta tierra. Un ejemplo son las 1.800 plazas de turismo rural que dependen en la comunidad de la práctica de la pesca».

Para Tomás Gil, «la pesca sin muerte es algo que apoyo, pero no como se quiere regular. ¿No sería más fácil en lugar de lo que proponen bajar los cupos y aumentar las medidas? Pero ante esa posibilidad que considero que defenderían todos auspician unos ríos sin muerte salvo en los cotos. Entonces, de dónde van a sacar truchas para abastecer estos cotos».

Para el coordinador de turismo rural «el problema es de ellos aunque parece que quieren cargarle la culpa a los pescadores cuando todo se solventaría con mayor vigilancia en los ríos. Lo que están haciendo es obligar a la gente a envenenar los ríos». La oposición a esta nueva ley de pesca va más allá. «La unión hace la fuerza y nosotros vamos a auspiciar una Plataforma en la que solicitaremos que reconduzcan la situación o en su defecto que el señor Javier Sancho, responsable de la Sección de Vida Natural de la Junta, dimita», apostilla